jueves, 30 de julio de 2015

Jornada de Acción Global por la aparición de los normalistas

A 10 meses, el reclamo sigue más vivo que nunca


Por Karina Rojas


El pasado domingo 26 de julio se cumplieron 10 meses de la Masacre de Guerrero, donde las distintas fuerzas del estado (federales y locales) junto a las bandas narco atacaron el contingente de estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa “Isidro Burgos”, quienes en varios ómnibus se dirigían a una localidad cercana a juntar dinero para manifestarse por sus reclamos históricos.
En Montevideo, como en muchas otras ciudades de nuestro continente, el reclamo por la aparición con vida de los normalistas se hizo escuchar. El Colectivo Uruguay por Ayotzinapa organizó una muestra cultural que incluyó demostraciones de Capoeira, exposición de fotos y afiches, canciones y recitados de cuentos. En las paredes se podían leer consignas como “Fue el Estado” o “En México hay Terrorismo de Estado”.
La Agrupación universitaria Tesis XI de Humanidades se hizo presente en la actividad para levantar bien alto las banderas de los normalistas, denunciar la complicidad del estado mexicano y las bandas de narcotráfico en la masacre y rechazar el estado de militarización de la Escuela y otras zonas del Estado de Guerrero.
Para La Izquierda Diario, se realizó una entrevista a Florencia, integrante del Colectivo Uruguay por Ayotzinapa. Publicamos aquí sus principales pasajes.
LID: A 10 meses de la masacre, ¿cuál es la situación en la Normal?

F: La Escuela Isidro Burgos está bastante ahogada de recursos materiales. Desde las elecciones del pasado 7 de junio, la Escuela fue sitiada con tanques militares y las diferentes fuerzas del orden mexicano estatal y federal. No solamente no les dan recursos materiales sino que también se los hostiga en su intento de seguir manteniendo la lucha que están llevando adelante desde mucho antes de setiembre, pero desde la desaparición de sus compañeros con mucho más fuerza. Pese a esto, los padres se organizan con los estudiantes para difundir en los diferentes estados de México, salieron en las caravanas por Latinoamérica, Europa y los EEUU, y se suman a todas las movilizaciones con el objetivo de que esto no se archive. El estado mexicano sigue poniendo trabas para que no se investigue y sigue defendiendo una supuesta verdad histórica que no tiene ningún fundamento científico, que fue rebatida por los peritos argentinos y por las organizaciones de derechos humanos mexicanas e internacionales. La postura del estado mexicano es “de esto no se habla”. Recientemente se negó a que se ingresara en los cuarteles y se investigara sabiendo que hubo una participación directa del ejército mexicano y de otras fuerzas. Se niegan a que se interroguen a los integrantes de las fuerzas represivas que participaron ese día. Es una muestra más de que se sigue amparando la impunidad, el terrorismo de estado y las desapariciones forzadas, lo que convierte a México en un estado terrorista.
LID: ¿Cómo sigue a tu criterio la lucha tanto en Uruguay como a nivel internacional?

F: En Uruguay y como todos los 26, nosotros nos sumamos a las acciones globales que se realizan. El mes pasado hicimos un foro debate con proyección de videos en la Facultad de Ciencias Sociales. Creemos que no solo es necesario manifestarnos en las calles, lo cual genera visibilidad, sino también generar debates y reflexión sobre estas cosas. Queremos seguir en este camino de solidaridad y que tenga un impacto en nuestro país y en toda la región. Yo pienso que Ayotzinapa no es un caso aislado en México, y México no es un caso aislado en América Latina. Nuestra intención está puesta en que no se archive el caso, y por eso nos movemos, que fue el compromiso que sellamos con los familiares cuando estuvieron acá: seguir luchando, seguir reclamando la aparición con vida, porque en tanto que no hayan pruebas de lo contrario, los vamos a seguir reclamando con vida. Y estos desaparecidos se suman a una lista de 30.000 desaparecidos en México en el último decenio. Queremos frenar los intentos del gobierno mexicano de silenciar al pueblo, a los campesinos, a los indígenas y a los pobres.
Próximas actividades en Agosto: el Colectivo Uruguay por Ayotzinapa participará de las acciones conmemorativas del Día Internacional del Detenido Desaparecido, como parte de una problemática más general de los pueblos latinoamericanos, tanto actuales como del pasado reciente. 






PRESENTACIÓN DEL LIBRO PAN Y ROSAS EN MONTEVIDEO

Andrea D’Atri, la autora, abrió un interesante debate y se propuso además, colaborar con las mujeres uruguayas para pone en pie la agrupación Pan y Rosas en Uruguay.

Por Karina Rojas


Andrea D’Atri, fundadora de la agrupación de mujeres Pan y Rosas de Argentina y dirigente nacional del PTS en el Frente de Izquierda, visitó ayer Montevideo. Fue invitada por la Agrupación Universitaria Tesis XI de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación – Universidad de la República – para presentar el libro Pan y Rosas, pertenencia de género y antagonismo de clase en el capitalismo.
Más de treinta personas escucharon con atención la exposición, seguida de preguntas, comentarios, debate y reflexión. Se destacó la participación de la militante de Derechos Humanos Irma Leites, de la organización Plenaria Memoria y Justicia –quien estuvo recientemente procesada por la justicia uruguaya, como informó La Izquierda Diario. También participaron integrantes de la Coordinadora de Feminismos del Uruguay, trabajadoras de educación, salud y estudiantes universitarias.

Una de las ideas centrales que recorrió el debate posterior a la presentación fue sobre “el inicio del fin” de las ilusiones con respecto a los gobiernos progresistas de la región, los que, en esta última década no avanzaron sustancialmente en algunos derechos básicos de las mujeres y que, en algunos casos, incluso han retrocedido. Éste es el caso del derecho al aborto en el continente: El Salvador y Nicaragua quitaron la figura del aborto no punible o terapéutico; en Argentina, el kirchnerismo ha impedido el debate del proyecto de ley que se ha presentado ya por quinta vez sin ser tratado en el Congreso Nacional; en Brasil, la relación del PT con el Vaticano y la fuerte influencia de la bancada cristiana fundamentalista en el parlamento, impiden avanzar con el derecho al aborto; en México se legalizó el aborto en el Distrito Federal mientras aumentó brutalmente la criminalización de las mujeres que abortan en el resto de los estados. En el mismo Uruguay, como comentó el público presente, la legalización del aborto vetada por Tabaré Vázquez en su primer mandato, era mucho más progresista que la ley que finalmente se aprobó, con muchas restricciones, durante el gobierno de Pepe Mujica.
Las nuevas condiciones económicas, más adversas para los países como los nuestros basados en la exportación de materias primas y dependientes de los centros de poder, cierra el paraguas de posibilidades de estos gobiernos de poder mantener esas ilusiones en importantes sectores. Eso se expresó también, de alguna manera, en las masivas convocatorias a las movilizaciones por #NiUnaMenos, donde Argentina y en menor medida Uruguay, demostraron que amplias franjas de mujeres, jóvenes trabajadoras y trabajadores y de los sectores populares comienzan a visualizar los límites en los proyectos “nacionales” de estas coaliciones progresistas.
En la charla, el público se mostró muy interesado en analizar las propias contradicciones del gobierno uruguayo bajo la coalición Frente Amplio, que ya lleva su tercer mandato. En el terreno de los derechos de las mujeres, como en otras cuestiones que hacen a las libertades individuales, se analizó la operación realizada por el FA de dar concesiones –como la regulación de la producción y distribución de la marihuana, el matrimonio igualitario o la ley de interrupción voluntaria del embarazo (aunque con ciertas restricciones)- al tiempo que se profundizan las desigualdades de un modelo económico basado en la precarización del trabajo, donde son los jóvenes y las mujeres quienes más padecen esos altos índices de flexibilización, precariedad y bajos salarios. Inclusive estas concesiones han servido, según se mencionó, para adormecer a los movimientos sociales y cooptarlos desde arriba atomizando su capacidad de organización y su independencia respecto del estado.